EL ÚLTIMO ALIENTO (2020)
Huracán es la canción que abre el disco, y es lanzada como segundo adelanto. La telecaster de la intro nos avisa de que será una canción importante en los directos con la banda. AZ nos habla de sus temores y su miedo a la incertidumbre: «A qué esperas para saltar». En Capos canta al Rock, que dicen que se está perdiendo. «El rock and roll no está muerto / pregúntale a los capos que viven en estos tiempos». La letra pequeña es un proceso de calma, un momento vital en un desierto mental, es encontrarse y remontar. Vamos a perdernos es la canción más antigua del disco. Un medio tiempo con una batería echada hacia atrás, y una instrumental donde destacan los arreglos de sitar. Le desea buen camino a los amores perdidos «… y en tu bolsa de equipaje, el amor que no te falte». En la quinta bala nos encontramos con Camaradas. Primera carta de presentación del disco. Un canto de alabanza a la amistad. «No todos pueden portar el título de hermano / los aviones ya no vuelan / las distancias son tan largas». Cuando te atrapa, ya no la puedes soltar. Lo que hay dentro es un reencuentro inesperado con una persona que no recuerdas, un soplo de aire fresco. Una canción con una batería inspirada en las raíces latinas de Calamaro, apoyada con dos stratocaster en L R. Turbulencias nace de una discusión con alguien importante en la vida de Ángel. «Sólo pretendo vibrar en la misma frecuencia que tú». Una canción que se aguanta con un órgano constante, de instrumentación sencilla, que rematan dos Gibson SG metiendo una marcha mas tras los estribillos. Si en la parte del A del disco nos encontramos con «Capos», en la cara B tenemos «Todas las cartas». AZ saca de nuevo su alma rockera para cantarnos sobre el oficio y la carretera. Se despide con una Rickenbacker de 12 cuerdas que nos recuerda a aquellos sonidos de The Beatles que todos tenemos en el subconsciente. Bajo los huesos fue la última en entrar en el disco. La terminó de escribir durante la grabación de las primeras bases. Una batería que prácticamente no se mueve, guitarras con trémolo, un coro final emocionante, y la visión de músico sobre estos tiempos: «…estamos tan conectados / como aislados en un mundo artificial / nada es de verdad». El broche final lo pone Noble condición. Originalmente era una ranchera, pero en el estudio se llevó a un lugar más cercano al conjunto del disco. Escobillas en la batería, acústicas, hammond, rhodes, mellotrón…El tema perfecto para cerrar el viaje.
El último aliento es un disco grabado en Pancake por Fernando Zambruno y masterizado por Jordi Gil en Sputnik, bajo la producción de Ángel Zambrana y Gonzalo de Cos. En el estudio se ha rodeado de músicos de talla, como Julián Carrasco (Cenit, Crazy Zombie), Paco Jácome (Suso Díaz, Tatín Muriel, My Yellowstone, Cenit), Carlos Palacios (Demarco, Malos Pelos), Carlos Abad (Los Bingueros, Pequeño salto mortal, Instant Party), Fran Rosado (Emmett, Sarria, Instant Party) y Cristina González a los coros.
Rutas salvajes es un sencillo que bebe del periodo en el que AZ rompe con su vida anterior, la cual estaba tomando un rumbo mental muy negativo. Es la transición, firmar un papel y salir ganando una partida que estaba perdiendo.
Coproducido junto a Fernando Zambruno en Pancake Analog Recording, en el que ha vuelto a contar con Paco Jácome al bajo y Cris González a los coros. En la batería nos encontramos con Rojo Rodríguez (Full, Borneo, Álvaro Suite, Yorch…), un músico con el groove que andaban buscando para la canción. Fernando ha firmado los arreglos de guitarra eléctrica, mezclando diferentes capas, y un sonido 60s que viene de la combinación de un pedal de fuzz y una strat. Ángel ha grabado las guitarras acústicas, telecaster y percusión. En la primera estrofa de la canción ya nos deja claro que está cargada de imágenes: «Andando por un parking a oscuras, creo que no tengo cobertura». Un pasaje del día a día de cualquier mortal, de donde se recoge la idea para la portada del sencillo. El concepto de grabación de Rutas salvajes es que forme parte de un disco que se irá grabando con el tiempo, dejando de lado las largas sesiones de bases para tres o cuatro temas, centrándose en ir canción a canción. Trabajar con cariño, pulsar el rec y captar poquitas tomas.